
Al oido y muy claro me dijo "deja la culpa, no tenes nada..." dibujando un circulo en mi panza. Me recorria un temblor desde las piernas hasta la espalda y entre el llanto y el asombro no podia escuchar lo que la asistente del padre Ignacio me decia. Cuando logre recuperarme me repitio las instrucciones y como pude sali de la iglesia. Pasamos la noche haciendo la cola con mucho frio pero con animo y esperanza. El cansancio, el sueño y el frio antes de comenzar la misa me hizo pensar... "ojala esto valga la pena". Durante la misa senti transportarme, se que suena loco, pero los que vivieron algo asi podran entenderme, fue muy emocionante, las lagrimas salian y cuando mire a mi alrededor me di cuenta que todos estaban llorando. Fue una descarga y una sensacion de alivio.
Sin dudas todo valio la pena y recupere mi Fe....